miércoles, 18 de julio de 2007

LO QUE HAY QUE VER...


Reality tras Reality

Por Marisela Valencia

Los Reality Shows han invadido la pantalla de la televisión mexicana desde hace siete años, cuando en el año 2000 entró al aire la primera de estas producciones: Big Brother traído por la compañía ENDEMOL.

A partir de ese momento las televisoras más importantes del país (Televisa y TV Azteca) comenzaron una lucha por traer producciones que ya habían sido un éxito en el extranjero, para adaptarlas al público de nuestro país. El desfile tuvo una mezcla de diversos géneros: supervivencia (El conquistador del fin del mundo), encierro (El Bar), Academia Artística ( La Academia) e incluso infantil (Código Fama).

Al notar la aceptación de la teleaudiencia hacia este género, se utilizó el mismo formato una y otra vez. El horario estelar de los domingos se vio ocupado por los Reality Shows y desde ese momento nada ha podido reemplazarlos.

La falta de iniciativa de ambas televisoras para apostar por proyectos originales lejos de esta modalidad, las han hecho agotar sus recursos y tomar una misma idea desde muchos enfoques diferentes, siempre con la tendencia a mostrar historias de vida que apelen al lado sentimental del público.

Este ha sido el caso de las últimas generaciones de “La Academia”, “Bailando por un Sueño”, “Cantando por un Sueño” (y el resto de sus refritos), “Los 5 magníficos” y más recientemente “Buscando a Timbiriche, la nueva banda” y “High School Musical, la selección”, que prometen encontrar a los futuros ídolos, al talento. La recompensa por meses de encierro y arduo trabajo serán formar al nuevo grupo “Timbiriche” y protagonizar una película para Disney, respectivamente, además de años atados a un contrato para los que no resulten ganadores.

El hablar de estos dos proyectos es cuestionarse sobre su efectividad, principalmente al estar basados en grandes éxitos, tanto en la música, como en la pantalla grande. Pero la verdadera pregunta sería ¿Qué hacer con todos aquellos jóvenes que están dentro del proyecto?, acaso pasará lo mismo que con los ex académicos o ex big brothers, de los cuales pocos lograron salir adelante, mientras muchos otros se mantienen con pequeñas participaciones en programas unitarios o revistas para caballeros.

Después de la primera emisión, es destacable el poco talento que hay en ambas producciones, cuyo éxito es casi asegurado, mientras que el futuro de sus egresados se dirige hacia el fracaso.

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